viernes, 29 de abril de 2011

Taedet Animam Meam

Traigo aquí hoy un texto de alguien que no formaría parte, en principio, del grupo de personajes literarios dignos de tener cabida en esta sección. Es del Libro de Job, del Antiguo Testamento. Su autor es desconocido, aunque se atribuye a Moisés. Estoy hablando del S. X antes de Cristo. Ha pasado mucho tiempo, pero eso no quita que hoy sea, para mí, muy pertinente.
Es un bello texto que, en latín, figura en ritos religiosos católicos, en la liturgia de maitines del Oficio de Difuntos. Aquí incluyo una traducción libre que he consensuado en varias fuentes.
Como complemento, también traigo un video de Officium Defunctorum, la obra de Tomás Luís de Victoria, el más genial de los músicos españoles de todos los tiempos, que se inicia con esta oración.
Un poco de silencio, por favor.



Mi alma está hastiada de mi vida.
Daré rienda suelta a mi queja;
hablaré con la amargura de mi alma.
Diré a Dios: no me condenes;
hazme entender por qué me juzgas así.
¿Te parece bueno oprimir y desechar la obra de tus manos
mientras resplandeces sobre el consejo de los malvados?
¿Acaso tus ojos son humanos?
¿Acaso ves como ve un hombre?
¿Son tus días como los días de un hombre; o tus años, como los de un mortal, para que indagues mi iniquidad y rebusques mi pecado?
Tú sabes que yo no soy culpable, y que no hay quien me libre de tu mano.
Job, 10, 1-7

miércoles, 13 de abril de 2011

Chéjov comentado

        Acometer una reseña literaria de un libro de cuentos de Chéjov tiene, para alguien como yo, algo de insensato, y además me temo que es de escaso rédito bloguero, entre otras cosas porque se mezclaría tras una posible búsqueda en Google en la página 258, como poquísimo, entre centenares de sesudas referencias al autor; algo parecido a hacer una reseña teológica del Nuevo Testamento u otra musical del Abbey Road, ¡qué vas a decir que no esté trillado y que aporte algo nuevo! Parto de esta premisa. Sin embargo, la peculiaridad de este libro publicado por Nevsky Prospect me permite una modesta aproximación a ello. No me tomaré a la tremenda lo del Google.
        Chéjov comentado nos presenta una colección de 16 cuentos del médico ruso, hasta aquí nada nuevo. No se trata de un grandes éxitos, hay de todo, pero además de la calidad que se le supone aporta dos características peculiares y diferenciadoras: cada uno de los cuentos es seguido por un comentario pertinente por parte de un afortunado colega del viejo maestro y además, la obra se presenta en la forma de un libro soberbiamente editado por Sergi Bellver.

El capote - Nikolái Gógol

La editorial Nórdica ha conseguido desarrollar con éxito su colección Ilustrados, en línea con el vigente afán editorial independiente de proporcionar un complemento emocional y estético  (no quiero decir “valor añadido”, que suena a mercadotecnia muy manida) al libro-objeto, identificando como mercado objetivo (aquí sí pega la mercadotecnia, al fin y al cabo una editorial es un negocio) a aquellos que nos mueve también dicho componente emocional cuando tocamos estos artilugios. El éxito de la colección se traduce en un número ya considerable de títulos muy interesantes, hoy mismo recibo una información sobre un nuevo lanzamiento, y eso que tienen un precio superior a la media. Por mis manos han pasado ya Wakefield (Hawthorne), Bartleby, el escribiente (Melville) y El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (Stevenson), todos fantásticos. Con este último se puede hacer una comparación práctica entre la relación con un libro-libro, en papel, y un e-book, digital; en la web de la editorial está disponible de manera gratuita el fichero en formato epub para leerlo en un Pc y en lectores digitales. Como el día y la noche. Pero bueno, eso es otra guerra.
Nikolái Gógol es otro de los escritores rusos que no son muy conocidos por estos lares pero que cuando te los encuentras te llevas una grata sorpresa. Ahora están “aflorando” muchos: hace un par de meses leí Caoba de Boris Pilniak, de la editorial Veintisiete letras y es una maravilla; algo similar ocurre con algunos libros de la editorial Nevsky Prospects.
Nikolái nació en 1809, en lo que hoy es Ucrania. Trató de labrarse una carrera  burocrática en la corte del Zar, pero sin éxito, por lo que terminó desarrollando su verdadera vocación, escribir, afortunadamente para todos. Muchas de sus obras tienen un marcado contenido histórico y satírico/crítico de su sociedad y algunas de ellas han servido de fuente de inspiración a grandes músicos un siglo después, como  Janacek (Taras Bulba) y Shostakovich (La nariz).
En El capote, Gógol nos presenta a Akaki Akákievich Bashmachkin, un personaje realmente conmovedor y digno de compasión, que también ha sido referencia para otros grandes personajes literarios posteriores quizá más famosos que él pero igual de atribulados: Bartleby el escribiente (Herman Melville) y Gregor Samsa (Kafka). 

miércoles, 6 de abril de 2011

Sobre los más leídos en 2009

¿Puede ser cierto que no me haya yo equivocado al oir el otro día en el programa El Hormiguero de la Cuatro, (estaba a veinte cosas, los niños, que si a la cama, la cena, el correo, etc.) a Pablo Motos decir que Nuria Roca, allí presente con su nueva novela,  fue algo así como "...la escritora (o autora, no sé) más leída en 2009 después de Falcones..."?

Dios, sé de sobra que esto de los libros es una industria como otra cualquiera, qué no lo es, que las cosas son como son y punto, pero es que cada vez que oigo cosas así ya no sé dónde está el problema (que hay un problema es opinión personal y discutible por cualquiera), si en la oferta, los que fabrican estas cosas, las denostadas empresas que hacen sangre del marketing con tal de vender lo que sea, o en la demanda, la gente que hay por ahí que lo compra y lo usa, el siempre respetado público que es muy inteligente y siempre tiene la razón.

Lo de Falcones, lo entiendo, me he acostumbrado a entenderlo, pero lo de la Roca, no sé, es que no sé qué decir.

Todo desde el respeto, no pretendo faltar a nadie.