Editorial Minotauro |
¿Que no has leído Fahrenheit 451?, ¡si es un clásico de la Ciencia Ficción! me dijeron.
Esta fue la última de las razones que me llevaron a leer este libro. Fue el empujón que necesitaba para adelantarla en la cola de lecturas pendientes, ya que la mejor referencia la tenía de quién es su autor, Ray Bradbury, y de sus relatos. Son fantásticos; el primero que por casualidad cayó en mis manos, "La Sirena", ya me fascinó. Además, esta historia tiene puntos en común con nuestra actualidad cultural y social.
Esta fue la última de las razones que me llevaron a leer este libro. Fue el empujón que necesitaba para adelantarla en la cola de lecturas pendientes, ya que la mejor referencia la tenía de quién es su autor, Ray Bradbury, y de sus relatos. Son fantásticos; el primero que por casualidad cayó en mis manos, "La Sirena", ya me fascinó. Además, esta historia tiene puntos en común con nuestra actualidad cultural y social.
Pero volviendo al libro, ¿ciencia ficción? Encajaría por el hecho de que se desarrolla en un tiempo futuro indefinido y en una sociedad distinta, que sucede a la nuestra después de no se sabe qué varapalo planetario. Pero solo por eso. No creo que figure en las estanterías de los adictos puros al género, aquellos que buscan en estas historias una fuente de ocio y entretenimiento muy arquetípico (naves, armas de rayos, trajes futuristas, humanoides, etc.).
Porque esta novela es de otro corte, es difícil, metafísica, requiere concentración y ser un lector “profesional”, que no deja el libro cuando en la página 3 no encuentra lo que espera. Sin embargo, es una gran novela, si no muy original sí pura ciencia ficción profunda y humana.
Estamos en una ciudad de un mundo en el que, como en otras historias, el individuo ha perdido su autonomía, está alienado por “Algo” que define su vida: las paredes tienen grandes pantallas que emiten información controlada y los libros están prohibidos. Los lectores empedernidos somos afortunados, pero tenemos un futuro negro como alguna de estas historias futuristas se cumpla; en todas ellas los malvados líderes quieren acabar con ellos y sus dueños son perseguidos como conservadores de la rancia sabiduría y cultura humana.
El protagonista es Montag, un miembro del Cuerpo de Bomberos, que ahora, en vez de apagar fuegos los provoca quemando libros. Este hombre está predestinado a ser bombero, le viene de familia, el olor a queroseno es como un perfume y así cree ser feliz. Sin embargo, Montag se encuentra con diversas situaciones que le llevan a dudar y preguntarse si está equivocado, si hay algo detrás de los libros.
Hay escenas primorosas, con mensajes espeluznantes y premonitorios:
“-¿Cómo despertó? ¿Qué le sacó la antorcha de las manos?
-No sé. Tenemos lo necesario para ser felices, y no lo somos. Algo falta. Busqué a mi alrededor. Sólo conozco una cosa que haya desaparecido: los libros que quemé durante diez o doce años. Pensé entonces que los libros podían ser una ayuda.”
“-La policía sugiere a la población lo que sigue: todos, en todas las casas, en todas las calles, miren por las ventanas, abran la puerta. El fugitivo no podrá escapar si todos miran en el próximo minuto. ¡Preparados!...-Cuando contemos diez! ¡Uno! ¡Dos!
Montag sintió que la ciudad entera se ponía de pie. -¡Tres!
Montag sintió que toda la ciudad se volvía hacia miles de puertas. -¡Cuatro!
La gente caminaba somnolienta por los vestíbulos. -¡Cinco!
¡Las manos tocaban los pestillos!... -¡Seis, siete, ocho!
Los pestillos giraron en cinco mil puertas… -¡Diez!- Las puertas se abrieron.
Montag imaginó miles y miles de caras que espiaban los patios, los callejones y el cielo, caras ocultas por cortinas, caras pálidas y vencidas por terrores nocturnos, animales grises que espiaban desde cuevas eléctricas, caras con ojos grises y descoloridos, lenguas grises y pensamientos grises que se asomaban a la carne entumecida de las caras.”
Sobre cómo acaba, por supuesto no voy a escribir aquí, pero sí comentar que nos invita a reflexionar sobre si es importante recordar lo que hemos sido y hecho, pero no para echárnoslo a la cara sino como referente para ser y hacerlo mejor en el futuro. No sé, pero nos es útil a los españoles en estos tiempos tan complicados.
Muy recomendable. Es un libro barato y, si no, abunda en las bibliotecas.
A mi Ray Bradbury me encanta...le leí hace tiempo y se lo regalé a mi hijo cuando era jovencito que se lo devoró...
ResponderEliminar¿Has visto la película? también está muy bien.
Ayer te echamos de menos en la reunión.
Un abrazo
Asun