Ed. Destino |
No he podido resistirme a comprar ¡Indignaos! El tema es tan afín a mi forma de pensar que ha sido visto y no visto, aunque mis expectativas no eran muy halagüeñas. Y su precio es, en términos absolutos, barato (aunque luego hablaré un poco más del precio).
Es un pequeño documento en el que Hessel, ya con 93 años, lo que le permite haber pertenecido a la Resistencia francesa y ser uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, reclama a la juventud que tome una posición frente a lo que todos vemos que ocurre a nuestro alrededor, dejando de ser indiferente y pasando a ser insurrectos pacíficos. José Luis Sampedro prologa el libro. La Vieja Guardia. Vale.
Es algo de lo que muchos nos pondríamos a hablar y escribir y no acabaríamos, ya que estamos realmente indignados, pero yo no lo voy a hacer. Léanlo en el librito. Si es por los 5€, pueden ir a la librería, lo cogen, lo leen en 10 minutos y lo dejan en su sitio de nuevo. Es broma, es lo que le faltaba a los pobres libreros…
Tiene más razón que un santo Stéphane Hessel, pero es más de lo mismo, es bastante decepcionante. Además, y esto es opinión personal, no tengo claro que la juventud a la que se dirige este hombre, en general me refiero, tenga intención de hacer lo que le pide, y eso que ellos no tienen toda la culpa. Mejor creo yo que harían en indignarse los notanjóvenes (30s y 40s) pero que realmente son el músculo de la sociedad, los que tienen la fortuna de trabajar, y no todos, los que pueden influir de manera más rápida en cómo van las cosas para deshacerse de los que mandan, hacer las cosas de otra manera y volver a la senda adecuada. Ellos, nosotros, yo, tenemos hijos y nos debemos hacer una idea de lo lamentable de la situación que les vamos a dejar. Y ya no estaremos aquí para sacarles las castañas del fuego, si es que pudiéramos. Pero me temo que tampoco...
Por incluir algo, me gusta lo del final. Apela a “una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no proponen otro horizonte para nuestra juventud que el del consumo de masas, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos”. Bella frase.
Y ahora, los medios de comunicación de masas ya no son solo los medios de comunicación de masas de siempre, la tecnología hace que también lo sean los partidos políticos, las empresas, los gobiernos, los equipos de fútbol, las estrellas del rock, yo qué sé.
El otro día Hessel estuvo en un encuentro digital en la web de El Mundo. Me llama la atención que en muchas de las escasas preguntas que le hicieron, (es curioso, ¿el periódico impuso un límite o tan poco interés ha despertado en la masa lectora de dicho medio?) le dicen que sí, que están de acuerdo, pero que qué podemos hacer para demostrar nuestra indignación. Pues si un anciano de 93 años, por mucho CV que tenga, nos va a decir qué hacer para cargarnos al poder establecido, además de triste, sin duda denota la falta de capacidad de reacción en la que está acomodada la juventud, la sociedad o como lo queramos llamar. Triste, muy triste.
El otro día Hessel estuvo en un encuentro digital en la web de El Mundo. Me llama la atención que en muchas de las escasas preguntas que le hicieron, (es curioso, ¿el periódico impuso un límite o tan poco interés ha despertado en la masa lectora de dicho medio?) le dicen que sí, que están de acuerdo, pero que qué podemos hacer para demostrar nuestra indignación. Pues si un anciano de 93 años, por mucho CV que tenga, nos va a decir qué hacer para cargarnos al poder establecido, además de triste, sin duda denota la falta de capacidad de reacción en la que está acomodada la juventud, la sociedad o como lo queramos llamar. Triste, muy triste.
En cuanto a lo del precio. Atención. ¿Por qué un librito que publicado por una pequeña editorial cuesta en su país de origen, Francia, 3€, tiene en España, ¡Editorial Destino!, un precio de 5€?, ¿el prólogo?, ¿el coste de la traducción de poco más de 30 páginas?, ¡no me jodas! ¡Un robo! Nada, como siempre, aquí haciendo dinero. Yo no entiendo cómo el que propugna la indignación no está indignado.
¿Ves?, ya he hablado más de lo que pensaba.
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